"La cosa fue con la barra. Nunca me arrepiento de lo que hago, no estoy arrepentido, estoy contento", fueron las palabras de Leandro Díaz cuando le preguntaron si no sentía que había provocado a la hinchada de Huracán en el segundo gol de Atlético. Anoche, en el triunfo de Atlético en el estadio Padre Martearena, el delantero tucumano volvió a ser noticia por el festejo dedicado a la tribuna del rival del "Decano".
El “Loco” reveló por qué salió a celebrar el tanto de esa manera: "me insultaron todo el partido, me decían 'tucumano muerto de hambre, fracasado'”. "Estoy muy contento porque tenía muchas ganas de hacerle un gol a este equipo", aseguraba en la sala de prensa, cuando ya las tensiones habían bajado.
Díaz no tiene un buen recuerdo en su paso por el “Globo”, donde tuvo un fugaz paso en 2013. Su aventura por Parque Patricios terminó cuando se enfrentó a un grupo de barrabravas que ingresó al vestuario para “apretar” a los jugadores. “Yo no tenía nada qué ver en el quilombo. Era nuevito. Tenía apenas tres meses en el club. Pero entraron los barras con armas y yo me metí a defender a un compañero (Sergio Velázquez). Y bueno, se armó. Yo no tenía ningún arma, como se dijo. Estábamos en la cancha elongando”, contó en una charla con LA GACETA.
“Todos son malos cuando son muchos. Mano a mano no te pelea nadie. Hubo un par de forcejeos, unos golpes, nada más. A mí no me pasó nada”, comentó el goleador al recordar lo ocurrido con la facción más violenta de la parcialidad “quemera”.
José Alperovich publicó una foto junto a toda su familia luego del triunfo de AtléticoPero luego de tomar conciencia de lo que ocurrió en aquel violento episodio, el jugador del barrio de Villa Amalia sostuvo: “después me di cuenta de que hay que pensarlo dos veces. Matás a uno de esos, vas en cana y te arruinás la vida. Te pudrís en la cárcel. En cambio, ellos salen como si nada”.
En diciembre de 2014, Díaz se cruzó nuevamente con Huracán en un desempate que dejó a los de 25 de Mayo y Chile sin ascenso. Las cosas no terminaron de la mejor manera para él: fue expulsado y fue suspendido por 10 fechas por agredir al árbitro de ese momento, Germán Delfino, y romper de una patada un cartel de publicidad cuando se retiraba del campo de juego del estadio Malvinas Argentinas, en Mendoza.
Finalmente, anoche, en la Copa Argentina, se sacó la bronca y poco le importó una sanción mayor a la amarilla que le mostró el referí Diego Abal. Otro capítulo más para la controvertida vida futbolística del “Loco”.